Fonseca triunfa en Aignan. Galván y Canton también destacaron el Domingo de Pascua en el suroeste galo.
Isaac Fonseca cortó las dos orejas del último toro del festejo del Domingo de Pascua en Aignan (Francia). El torero mexicano ha sorteado el mejor toro de un encierro serio de Pagés Mailhan con el que ha mostrado fibra y arrojo. Una oreja pasearon también David Galván, que firmó en el cuarto los mejores muletazos de la tarde, y Dorian Canton, que destacó con la zurda y no salió en hombros por culpa de los aceros.
Serio el primero, se vino un tanto a menos después de su doble encuentro con el caballo, donde apretó y se empleó, sobre todo en el primer puyazo. Lo dosificó muy bien Galván, sin apretarlo, llevándolo a media altura, con mucha expresión. Defendió la faena el gaditano y por el pitón derecho, hubo un par de series muy estimables, hasta que el toro echó el cierre. Ovación.
El castaño segundo fue noble pero careció de fondo. Tardeó un tanto antes de tomar el engaño, pero Dorian Canton le dejó la muleta siempre puesta, muy convencido, muy sereno, sin atacarse nunca, y sobre todo por el pitón zurdo, le sopló dos series extraordinarias. Por el modo de enganchar y llevar la embestida del animal. Hubiera cortado una oreja pero suspendió con el acero. Silencio tras dos avisos.
Fonseca sorteó por delante un toro serio y muy astifino, que después de dos puyazos llegó a la muleta defendiéndose, sin pasar nunca, derrotando con feo estilo al llegar al embroque, y viniéndose siempre con el torero cuando trataba de perderle pasos. Hizo un esfuerzo el mexicano, muy firme a pesar de las nulas opciones que le planteó su antagonista. Silencio.
Más estrecho de sienes el cuarto, al que Galván dosificó en las dos varas. Le faltó celo al animal, que tendió a salir suelto de cada muletazo, pero, sobre todo por el lado izquierdo, embistió con franqueza. Por ahí basó el torero una faena con momentos exquisitos, por expresión y composición. La falta de celo del animal impidió que la faena tuviera más continuidad, pero hubo naturales que fueron auténticos carteles de toros. Tardó en cuadrar al animal, sonó un aviso, pero como lo realizado tuvo tanta fuerza le pidieron una oreja con fuerza, que cortó tras aviso.
El quinto tuvo otras hechuras, más fino, más vareado, de mazorca más gruesa. Se movió más que sus hermanos, seguramente porque solo recibió una vara y porque Canton lo dejó siempre a su aire, sin terminar de apretarlo. Le cogió pronto la altura el bearnés, que dispuso una faena ligada, con ritmo, donde volvió a emerger su mano zurda. Esta vez el acero viajó certero y paseó una oreja en recompensa.
El castaño sexto, por hechuras y comportamiento, fue el toro de la corrida. Lo cuidó Fonseca mucho en todos los tercios para luego con la muleta iniciar su obra de modo explosivo, con una serie con ambas rodillas en tierra que tuvo mucha fuerza. Estuvo muy firme el moreliano, lo muleteó muy hundido en la arena, muy apretado y reunido también, y la obra creció en intensidad. Pinchó en una ocasión pero se pidieron de modo unánime el doble trofeo mientras el toro recibió una fuerte ovación en el arrastre. Dos orejas.
Ficha del Festejo:
Fuente de información : https://www.mundotoro.com/noticia/1682968/1682968