Después de que se pospusiera la corrida del Domingo de Pascua debido a las inclemencias del tiempo, finalmente la corrida pudo celebrarse bajo un sol velado y temperaturas agradables. Los toros de Baltasar Ibán, que habían regresado al campo por razones administrativas, volvieron a los corrales de Aignan. A simple vista, la taquilla se mantuvo más o menos igual que la semana pasada. Aproximadamente media plaza. Al final del paseo, el club taurino de Aignan honró al mayoral de la ganadería Domingo González por su trayectoria. Presidencia de Jean Christian Dabadie.
Los toros de Baltasar Ibán, de presentación correcta en general, carecieron de fuerza y transmisión. Realizaron el trabajo en la pica, manteniéndose fijos bajo el hierro, pero rápidamente perdieron fuelle durante la lidia. El primero, el más robusto, no estaba previsto la semana pasada.
Uceda Leal (silencio y ovación) se mantuvo más bien en segundo plano en comparación con sus compañeros del día. Recibió al primer toro, que repitió con ímpetu en sus verónicas. El toro tomó tres puyazos, mostró poder y se mostró violento en el peto. El comienzo de la faena, después del brindis al público, fue dado desde abajo y luego el torero no mostró serenidad. Se mantuvo cauto ante su oponente, quien además resultó herido en una pata. El cuarto toro frenó sus embestidas en el capote. Dos encuentros bastante discretos donde el toro de Baltasar fue mal picado. Uceda Leal demostró aplicación pero prudencia. Destiló algunas series de buen gusto de manera efímera sin dominio.
Dorian Canton (1 oreja tras aviso y ovación tras aviso) fue el más destacado de la tarde. Aproximado en la suerte de recibir de su primer oponente, mostró buenas disposiciones con la muleta en la mano. Frente a un toro noble y móvil, ofreció buenas series en ambos lados con calma y dominio. La estocada fue efectiva después de un final con los pies juntos. Una oreja cae del palco. El quinto toro permaneció largo tiempo bajo el peto. Posteriormente, el bearnés realizó un quite por chicuelinas ajustado. Comenzó su faena con una rodilla en el suelo y luego construyó una faena inteligente, sacando el máximo provecho de su oponente, que careció un poco de personalidad y fondo. Falló dos veces con el estoque y perdió la oreja y el triunfo con el descabello.
Christian Parejo (palmas y 1 oreja tras aviso) mostró un gran deseo pero a veces fue desordenado y careció de paciencia. En su primer combate, comenzó en el centro con cambiadas y luego intentó dar distancia con su oponente, que carecía de fondo. La faena perdió rápidamente intensidad a pesar del deseo del torero. Frente al último de la noche, la faena fue de menos a más. Encadenó series con rapidez, sin tomar el tiempo para dejar descansar a su oponente. Luego, poco a poco tomó la delantera de manera más suave, ligando buenas naturales. El público animó al joven torero de Chiclana y obtuvo un trofeo.