Villeneuve-de-Marsan

Dorian se convirtió en Villeneuve de Marsan en el primer torero bearnés de la historia y el torero francés más joven de todos los tiempos.

¡No tuvo suerte! Después del "fracaso" meteorológico en Bayona, un "fracaso" ganadero esperaba a Dorian en su alternativa en Villeneuve.

Después del caprichoso clima de Bayona, esta vez fue la falta de fuerza y fondo de los toros de Patrick Laugier lo que arruinó la fiesta. El evento era atractivo y a las 7 de la tarde, la plaza de toros de Villeneuve de Marsan mostraba un rotundo "No hay billetes" para la alternativa de Dorian. Desafortunadamente, el entusiasmo de los aficionados y los organizadores se vio rápidamente frustrado. No por la lluvia como en Bayona, sino por la extrema debilidad de los toros Dos Hermanas y Piedras Rojas de Patrick Laugier, que a pesar de los "monopiques" y tercios de banderillas abreviados al límite del reglamento, no ofrecieron ninguna posibilidad. Descastados (excepto el noble segundo), sin fuerza ni fondo, casi inválidos. Un fracaso ganadero angustiante. Después de la terrible decepción en Bayona, Dorian llegó a Villeneuve con mucha ilusión y determinación.

Recibe muy bien a su toro de alternativa con verónicas ajustadas, perfectamente templadas, ganando terreno en cada lance.

Al salir del tercio de banderillas, mientras los tres toreros se preparan para la ceremonia de la alternativa, el toro se lesiona en la pata delantera izquierda y debe ser reemplazado. Será puntillado en el lugar.

Realmente parece que el destino se ensaña con Dorian. Con una fuerza de carácter excepcional para un chico de 18 años y frente a este nuevo incidente, Dorian permanece sorprendentemente tranquilo y sereno. Vuelve a la lucha con el sobrero de servicio.

Un toro llamado Flamenco (Piedras Rojas) se convierte en su toro de alternativa.

Lo recibe con mucha elegancia y sangre fría al capote. El toro tiene muy poca fuerza y solo recibe una puya. A las 19:28, Dorian recibe la alternativa de manos de Rubén Pinar en presencia de Thomas Dufau. Después de un brindis emocionante a su familia.

Con gran inteligencia y sentido del toreo, Dorian comienza su faena con pases por alto, con infinita suavidad para no bruscar a su adversario apático. El toro flaquea dos veces en la primera serie. Con profesionalismo, Dorian realiza una faena ambidiestra, de gran precisión técnica, a un animal que tiene media embestida y que va "a menos". A pesar de la aplicación y los esfuerzos de Dorian, el "Piedras Rojas", demasiado deslucido y sin fuerza, no transmite nada. Dorian solo puede resignarse a tomar las armas. Después de un pinchazo, un metisaca involuntario hace caer al animal.

El público tenía ganas de celebrar a Dorian. Desafortunadamente, el último toro no permitió mucho.

Muy motivado y decidido a triunfar, Dorian recibe al último toro con largas des rodillas y verónicas de rodillas. Con cojones, comienza su faena de rodillas con una hermosa y larga serie de derechazos. El toro tiene una fuerza justa. Dorian intenta sacarle la quintaesencia en los dos pitones.

El toro es demasiado débil y tiene poca carga.

Se tumba en la tercera serie y cae en la cuarta. Incluso se permite una siesta en el centro del ruedo... ¡qué desastre! Dorian, como matador, no quiere rendirse y va a intentarlo todo antes de verse obligado, en un acto de desesperación, a tomar la espada para una estocada efectiva. A pesar de la decepción, Dorian dejó Villeneuve bajo una gran ovación, tranquilo y sereno.