Mont-de-Marsan

Con mucha ilusión, elegancia y valentía, Dorian seduce al Plumaçon... y corta una oreja de peso en un contexto ganadero difícil.

Después de 45 días de convalecencia debido a una ruptura del tendón extensor del pulgar derecho que ocurrió en el campo a principios de junio, Dorian hizo su regreso a la arena de las plazas de toros este jueves 20 de julio, junto a dos inmensas figuras.

Desfilaba en el Plumaçon junto a Sébastien Castella y Daniel Luque, enfrentándose a 6 toros de El Pilar. Un lote particularmente decepcionante con toros desiguales en presentación, muy justos de fuerzas, sin raza y sin motor. La prueba era muy exigente para un joven torero que ocho días antes no podía manejar la muleta ni sostener la espada. Dorian se jugaba mucho y lo sabía... Pero afrontó brillantemente el desafío.

Para facilitar las cosas... el tercer toro, "Brigadier", sale cojeando... y es sustituido. Dorian decide entonces lidiar el toro que estaba previsto como sexto.

"Jacobero" sale con violencia y se defiende en el capote de Dorian.

El astado carece de fuerza... Muestra signos de debilidad en varias ocasiones durante el tercio de varas. Toma dos puyazos sin empujar.

Dorian comienza su faena con unos doblones suaves y delicados.

Las primeras series a la derecha son de buena factura y marcan el tono, con calma y poder. El toro cae al tercer derechazo. Con mucha inteligencia y habilidad en la lidia, Dorian encuentra rápidamente el sitio y el ritmo adecuado para la debilidad de su oponente. Las siguientes series son ejecutadas con aguante y elegancia. La sinceridad del toreo de Dorian comienza a impactar en las gradas. El trabajo es pulido y el compromiso del torero es total.
A la izquierda, desde las primeras series bien delineadas de Dorian, el toro es apagado. Dorian se arrima y realiza una hermosa serie de naturales ante un toro que reduce peligrosamente su embestida y finalmente engancha violentamente a Dorian.

La voltereta es espectacular.

En el suelo, el torero está a merced de los cuernos del toro. Después de haberlo retomado en el suelo, el toro se derrumba pesadamente sobre Dorian. Dorian sale aturdido, pero más asustado que herido.

Herido en lo más profundo, Dorian regresa de inmediato al combate. Con mucha seriedad y compromiso, nos ofrece de inmediato gestos taurinos muy hermosos en ambas manos. El torero va "a más" y concluye su faena con una serie muy buena y sincera de "bernadinas milimétricas". Después de haber encajado perfectamente al astado, Dorian se compromete en un estoconazo de escuela. Una gran estocada fulminante. La más bella de la noche.

Una gran oreja, bien merecida, cae desde el palco.

Giro de pista bajo los aplausos de un público entusiasta que unánimemente y ruidosamente saluda la actuación de un 'torero de verdad'. Después de una breve visita a la enfermería, Dorian regresa a la pista con un vendaje en la pierna izquierda.

Como estaba previsto, el sobrero sale en la sexta posición.

Como era de esperar, "Sombreto" es el mejor presentado y mejor armado de la corrida. Recibe bien el capote de El Pilar con una embestida desordenada.
En el primer encuentro con el caballo, el palo se rompe. El toro solo toma una puya sin empujar. Dorian realiza un excelente quite con chicuelinas templadas y algo raro, verdaderamente toreadas... con lentitud y dominio.

Después de brindar a Romain Laborde, el encargado de los corrales del Plumaçon...

Dorian comienza su faena con derechazos a un toro soso y sin casta. Desde los primeros pases, el toro muestra poca fuerza. Con mucha clase y elegancia, Dorian intenta alargar la embestida de un animal sin motor que frena en cada muletazo.

Por el lado izquierdo, sus pases profundos ganan algo más de terreno. Dorian logra torear con gran maestría al bicho que poco a poco se apaga. Los esfuerzos de Dorian son loables, él torea con justeza y calidad, pero ¿qué hacer frente a un toro sin transmisión?

El toro está completamente apagado cuando Dorian toma la espada.

Después de un pinchazo y un golpe con el descabello, Dorian logra derribar al toro de Le Pilar con una buena estocada en su sitio. Aplausos entusiastas para el torero y pitos para el toro.