Villeneuve-de-Marsan

Dorian desfiló este martes 8 de julio en Villeneuve de Marsan en una corrida 100% francesa junto a Thomas Dufau y Yon Lamothe, enfrentándose a 6 toros de la ganadería Cuillé.

La tan esperada celebración de la despedida de Thomas Dufau de su plaza querida y su última presentación en el suroeste fue lamentablemente empañada por la desconcertante mediocridad de los toros de la ganadería Cuillé. Un conjunto muy dispar, un ganado sin fuerza ni fondo y de una extrema insipidez.
Para salvar la fiesta, los toreros fueron valientes y aplicados. Hicieron todo lo posible para enlazar series meritorias y transmitir al público en las gradas, pero ¿cómo hacerlo con un ganado así? ¡Sin toro, no hay fiesta!

Salido en segunda posición, el primer toro de Dorian está debidamente armado.

Dorian lo recibe con calma y poder. Desde los primeros pases con el capote, todo está dicho. El toro de Cuillé está casi inválido y muestra una debilidad desesperante.
En el tercio de varas, recibe una puyazo y cae después del primer encuentro. Dorian brinda su toro a Thomas. Un momento de emoción con el emotivo y respetuoso homenaje del joven del Suroeste a su mayor.

Dorian comienza su faena con estatuarios dados desde arriba para conservar las fuerzas del toro Cuillé.

Desde los primeros derechazos, el toro se desinfla. Ya no tiene embestida y se defiende en su sitio. Dorian hace un gran esfuerzo por mantener al Cuillé en pie y tratar de sacarle algo de la escasa nobleza del animal amorfo.
¿Qué se puede hacer ante semejante mediocridad del ganado? Dorian decide tomar la espada y derriba al Cuillé de un pinchazo y dos descabellos en el segundo intento. El público guarda un respetuoso silencio para el torero y abuchea al toro.

Su segundo toro de la tarde es más pesado y está mejor presentado.

Dorian lo recibe con mucha elegancia y determinación.
Desafortunadamente, el toro está igual de inválido que el primero. Caerá tres veces antes de recibir una vara sin oponer resistencia.
Dorian comienza su faena con pases dados desde arriba para conservar la escasa fuerza del Cuillé.
Tan pronto como exige un poco a su oponente, el toro se desinfla. Con gran paciencia y destreza, Dorian logra ejecutar muy buenas series tanto con la mano derecha como con la izquierda.

Se destacará en particular una serie muy buena y meritoria con la mano izquierda.

Dorian está decidido a triunfar y no quiere quedarse atrás. Para añadir emoción y pasión a su faena, muestra un gran "pundonor" al acortar las distancias. Su final muy comprometido con bernadinas llega hasta los tendidos.
Después de un pinchazo, Dorian derriba al Cuillé con una gran estocada precisa y fulminante.
Una oreja es la justa recompensa a los esfuerzos del torero.