Mont-de-Marsan

¡Cuando los toros arruinan la tarde!

Insípidos, sin fuerza y sin casta, no ofrecieron ninguna posibilidad de triunfo a los tres toreros.

En un cartel de lujo, fue Dorian, más decidido que nunca a triunfar, quien desfiló este miércoles por la noche en Plumaçon para la apertura de las fiestas de la Madeleine, acompañado de Alejandro Talavante (quien sustituía a Morante de la Puebla) y Daniel Luque, frente a un lote de la ganadería salmantina de Puerto de San Lorenzo. Dos toros con el hierro de Puerto de San Lorenzo (1º y 2º) y cuatro de Ventana del Puerto. Un ganado particularmente decepcionante, con toros correctamente presentados, pero completamente descastados, sin raza, sin interés, ni para los toreros ni para el público. En definitiva, unos astados que, salvo el primero, que ofreció algunas opciones, bien podrían haber sido echados por la "puerta" o por la "ventana".

Después de dos «Puerto», sale en tercer lugar un «Ventana». «Christalino» es bien recibido por Dorian con verónicas suaves, ejecutadas con poder hacia abajo.

El encadenamiento de chicuelinas ajustadas, con las manos a la altura de las rodillas, ha sido lo mejor que se ha visto con el capote esta tarde. Muy pronto, el "Ventana", que tomará dos varas defendiéndose bajo el castigo, muestra preocupantes signos de debilidad.

Después de un brindis en Plumaçon.

Excelente inicio de faena de Dorian con doblones de rodillas, que reflejan con elegancia su concepto clásico. La primera serie por la derecha, ejecutada con la mano baja y el cuerpo relajado, es de buena factura, hasta que, débil y sin raza, "Christalino" se vuelve completamente transparente. En la primera serie por la izquierda, sin recorrido, el toro se defiende. Aun así, Dorian logra regalarnos las mejores naturales de la tarde, iniciadas de frente y "cargando la suerte".

Al final de la faena, el toro manso se descompone cada vez más, rechaza la pelea y busca las tablas.

Dorian va hacer todo lo posible por mantener al astado en su muleta. Torea con justeza y calidad, pero ¿qué se puede hacer ante un adversario sin transmisión, que huye hacia las tablas? Última serie, rodilla en la arena del Plumaçon. En el momento de la verdad, el toro es difícil de cuadrar. Lamentablemente, como sus compañeros de cartel, Dorian también tendrá dificultades con la espada. Un pinchazo y una estocada entera hemorrágica hacen caer al "Ventana". Palmas para el torero y pitos para el toro.

Después de los contratiempos de sus ilustres compañeros con el 4º y el 5º, Dorian y los tendidos de Mont-de-Marsan depositaban todas sus esperanzas en el desquite.

El sexto, "Inspector", será, lamentablemente, aún peor que sus predecesores. Desde los primeros capotazos, "Inspector" no se emplea y frena en seco en el capote de Dorian. Tomará una primera vara sin empujar.

Desde la primera serie, todo queda claro: el toro embiste caminando y se defiende en el sitio. El "Ventana" también es débil, sin fondo ni raza, y además, el bicho no es nada franco.

Dorian va intentarlo todo para reanimar e interesar a un toro que rompe constantemente y no transmite nada. Haciendo su trabajo con entrega, Dorian debe sacarle los muletazos uno a uno. El toro se defiende en el sitio y mira de reojo. Por el lado izquierdo, Dorian se afirma y se aplica. A pesar de la falta de colaboración del astado, logra extraer una buena serie de naturales ante un toro desinteresado e intrascendente.

Dorian, que no quiere ceder nada, intenta sacar las últimas fuerzas de su adversario, pero la suerte está echada.

La estocada resultará complicada. Silencio para el torero y pitos para el toro.