Villeneuve-de-Marsan

Dos ovaciones con saludos en el tercio.

Para un Dorian, siempre sólido y dominador con las telas, pero con dificultades esta noche con la espada.

Dorian desfiló este martes 6 de agosto en Villeneuve-de-Marsan para una corrida 100% francesa, acompañado de Adriano y Solalito, frente a seis toros de Pagès-Mailhan. Los toros de Pagès-Mailhan, bien presentados y con astas afiladas, comenzaron bien pero fueron a menos rápidamente. Mostraron cierta bravura en el caballo, pero luego les faltó fuerza y chispa. Los mejores fueron el tercero y el sexto.

Decidido a triunfar, Dorian recibe a su primer toro (el segundo de la tarde) con una larga de rodillas, seguida de verónicas.

El toro es noblito y toma una buena vara, metiendo los riñones. Desde los primeros muletazos, el toro muestra mucha debilidad. Probablemente lesionado en el tren trasero, es fuertemente protestado por los tendidos. Se dobla en varias ocasiones.

Inicio de faena obligado por alto.

Dorian intenta con suavidad reanimar al bicho, que se descompone progresivamente. En cuanto baja la mano, el toro se cae. Por el pitón izquierdo, la situación no mejora; el Pagès-Mailhan carece totalmente de embestida y chispa.

Dorian sabe perfectamente que no podrá triunfar con un adversario así.

Aun así, Dorian pone todo su pundonor en hacer su trabajo, sin rendirse y sin abreviar por despecho este combate sin gloria. Insiste, como siempre, con su constante voluntad de bien hacer. A pesar de todos sus esfuerzos, la faena se alarga con un toro apagado e inválido, que va a menos. Resignado, no le queda otra opción que tomar la espada de muerte. Dorian se entrega en una estocada ejecutada "al encuentro", que resulta entera, trasera y ligeramente caída. Ovation y saludo caluroso con petición para el torero; pitos para el toro.

El segundo adversario de Dorian (el quinto de la tarde) tiene tamaño y está bien armado.

El Pagès-Mailhan promete. Se entrega con alegría en el capote de Dorian. Toma una buena vara, empujando con fuerza.

Buen quite por tafalleras.

El toro tiene chispa y transmisión, y todos los esperanzas están permitidas. Con elegancia y dominio, Dorian inicia su faena con doblones. Las dos primeras series por la derecha son de altísimo nivel. Dorian se emplea con mucha sinceridad, conduciendo las tandas con precisión y un temple extraordinario. Por el lado izquierdo, el toro tiene menos entrega y comienza a escaparse. La precisión de su mano izquierda le permite a Dorian dibujar naturales soberbios, con la mano baja y el cuerpo relajado. Al volver a la derecha, el toro se apaga poco a poco y deja de ofrecer posibilidades. A pesar de los esfuerzos de Dorian, la faena pierde intensidad y emoción.

Dorian torea con justeza y calidad.

Pero no busca lo suficiente la conexión con los tendidos, lo que hace que la faena pierda emoción. Como el toro no dura, la faena se acorta rápidamente. La caótica estocada acaba con cualquier esperanza de trofeo. Ovación y saludo en el tercio para Dorian.